sábado, 11 de abril de 2020

Héctor M Vega la voz de la cultura cayeyana

Casi desde los inicios del periódico la Semana, Héctor M Vega fue colaborador del mismo. En sus columnas semanales le daba voz a la cultura de su querido pueblo de Cayey. Siendo maestro de español su lápiz escribía con una verborrea exquisita. A muchos les gustaba a otros no, pero eso es normal. Sin embargo, esperaban su columna para ver de qué iba a escribir. Sobre su trabajo en el periódico nos dijo: “Empecé a escribir en "La Semana", si la memoria no me falla, a partir del segundo o tercer número con informaciones variadas; poco después empecé como columnista regular, pero no como empleado, sino como colaborador espontáneo. Soy columnista regular desde el 1987, pero esas fechas tienen que ser corroboradas. En conclusión: Soy colaborador desde los inicios del periódico. La colección histórica se halla en el Archivo Histórico de Caguas”. Un viernes santo se despidió del plano terrenal un cayeyano que le gustaba escribir de Cayey, Héctor Vega Ramos. Nació un 3 de abril de 1940. Falleció 10 de abril de 2020.Sus padres fueron Rosa Ramos Vázquez de la cuál acogió su espiritualidad y Ramón Vega López. Vivieron en el Sector Veguita. A la edad de 7 a 8 años fue que empezó su amor por la Virgen de la Merced. Contrajo matrimonio con Gladys Hernández en 1999. Al ser su media naranja de Juncos abandonó su querido pueblo se fue a vivir a Juncos, pero siempre se mantuvo atento al quehacer cultural de Cayey. Era fanático del equipo de béisbol de Santurce Estudio en la escuela Luis Muñoz Rivera, Benigno Carrión. Realizó un bachillerato en Educación especializado en el área de español empezó a estudiar en la Interamericana en el momento que esta tuvo cede en Cayey y termino en la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Al conversar sobre la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Me enfatizó mucho sobre la figura de Don Jaime Benítez. Don Jaime Benítez realmente implantó y defendió un proyecto de afirmación puertorriqueña durante su rectorado en el recinto de Río Piedras y durante su Presidencia de la Universidad, usted sabe que no es fácil afirmar categóricamente que así fuera. Don Jaime y la controversia siempre anduvieron juntos. Yo creo, y no presumo de autoridad alguna, que por su formación jurídica adquirida en Estados Unidos de América y por su vasto conocimiento culturales de procedencia española, y más aún, por su acendrado hispanismo, creo que sí intento de implantar tal proyecto, pero recuerde que también que Don Jaime fue un político exitoso bajo la incumbencia gubernamental de Don Luis Muñoz Marín. Don Jaime era puertorriqueñista. Se dice que, en sus años de Profesor, un día se erguió frente a su grupo de estudiante y les dijo categóricamente: "A partir de ahora, la clase se conducirá en el idioma español". A partir de ese momento, el joven Profesor de melena revuelta siempre enseñó en español. El educador y el político tenían que sobrevivir. Si Don Jaime se hubiera empeñado en continuar con su línea de pensamiento, Muñoz Marín lo hubiera echado fulminantemente de la rectoría, tal como hizo con Don Vicente Géigel Polanco, el llamado "cerebro mágico" del Partido Popular. Se acuerda, Profesora de aquél: "Te pido y te acepto la renuncia". Simplemente, Don Jaime decidió "bregar" con el asunto y salvar su rectoría. Como hábil político y extraordinario educador, Don Jaime continuó con su "faena educativa y política", fue exitoso como político y eminente educador. Creo que fue sincero con su "proyecto educativo puertorriqueñista", con sumo cuidado para evitar aquello de: "Te pido y te acepto la renuncia". En conclusión; Don Jaime fue un puertorriqueñita hábil y un mejor político. Su proyecto de puertorriqueñización de la Universidad, creo que fue sincero, y trató de implantarlo, pero con la habilidad del, político y el prominente hispanista y puertortorriqueñista. Don Jaime vivió siempre entre la controversia. Recuerdo que, en nuestras tertulias en Cayey, siempre comenzaba: "Pon el tema que yo me opongo’: Y así era. Don Jaime era una inteligencia extraordinaria. Era profundo y muy sincero. Pienso que sí, intentó y en cierto modo logró, implantar su proyecto puertorriqueñito En el quehacer educativo Don Héctor fue maestro en varias escuelas: Jesús T Piñeiro en Cidra. En Cayey laboró en la Agustín Fernández, Rexford Guy Tugwell, Emérito León Intermedia, Ramón Frade, Miguel Meléndez y 24 años en la Benjamín Harrison. Laboró como asesor cultural en el municipio de Cayey del 1990 al 2012. Sin embargo, me dice que los mejores tiempos en términos culturales en Cayey fueron en la década del 70. El Centro Cultural estaba vivo en su mejor momento, los teatros en el centro del pueblo, las fraternidades tenían actividades constantes. Termino diciendo eran otros tiempos. Los datos de este escrito fueron obtenidos en una entrevista a Don Héctor en la Casa de la Música Cayeyana el 10 de agosto de 2019 entre las enseñanzas que obtuve de la conversación fueron los consejos que me dio. Primero me enfatizo que en Puerto Rico se glorifica la mediocridad. Segundo, me enfatizo que siempre tenga cuidado con lo que es historia y lo que es cuento de camino. Entendí que tuviera cuidado con lo que es verdad y lo que es bochinche que no edifica en nada. Me dijo con mucha tristeza que el entendía que a la cultura no se le tiene aprecio. Me hizo esa aseveración al conversar del Centro Cultural de Cayey que está cerrado y eso le daba mucha pena ya que el hizo mucho trabajo en el mismo. Incluso lo llegó a dirigir. Cito lo que me dijo del Centro Cultural: “Yo fui el tercer presidente. le sucedí a Don Víctor Pons Gil y a Doña Ana Aponte de Collazo. Asumí la Presidencia después de algunos años de inacción; sugerí ponerle el nombre de Don Miguel Meléndez Muñoz y mi sugerencia fue aprobada por unanimidad; presidí el Centro Cultural por cuatro años consecutivos y creo que la directiva que presidí hizo un trabajo extraordinario con la ayuda del Distrito Escolar, el Municipio dirigido entonces por Don Rafael Coca Navas, el Colegio Universitario y un grupo de comerciantes del pueblo y la gran ayuda del industrial y humanista, Don "Paco" Verdiales Dubois; eran otros tiempos, hay que decirlo. Fue un Cayeyano para la Historia. Por: Aida Mendoza Rivera Casi desde los inicios del periódico la Semana, Héctor M Vega fue colaborador del mismo. En sus columnas semanales le daba voz a la cultura de su querido pueblo de Cayey. Siendo maestro de español su lápiz escribía con una verborrea exquisita. A muchos les gustaba a otros no, pero eso es normal. Sin embargo, esperaban su columna para ver de qué iba a escribir. Sobre su trabajo en el periódico nos dijo: “Empecé a escribir en "La Semana", si la memoria no me falla, a partir del segundo o tercer número con informaciones variadas; poco después empecé como columnista regular, pero no como empleado, sino como colaborador espontáneo. Soy columnista regular desde el 1987, pero esas fechas tienen que ser corroboradas. En conclusión: Soy colaborador desde los inicios del periódico. La colección histórica se halla en el Archivo Histórico de Caguas”. Un viernes santo se despidió del plano terrenal un cayeyano que le gustaba escribir de Cayey, Héctor Vega Ramos. Nació un 3 de abril de 1940. Falleció 10 de abril de 2020.Sus padres fueron Rosa Ramos Vázquez de la cuál acogió su espiritualidad y Ramón Vega López. Vivieron en el Sector Veguita. A la edad de 7 a 8 años fue que empezó su amor por la Virgen de la Merced. Contrajo matrimonio con Gladys Hernández en 1999. Al ser su media naranja de Juncos abandonó su querido pueblo se fue a vivir a Juncos, pero siempre se mantuvo atento al quehacer cultural de Cayey. Era fanático del equipo de béisbol de Santurce Estudio en la escuela Luis Muñoz Rivera, Benigno Carrión. Realizó un bachillerato en Educación especializado en el área de español empezó a estudiar en la Interamericana en el momento que esta tuvo cede en Cayey y termino en la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Al conversar sobre la Universidad de Puerto Rico en Cayey. Me enfatizó mucho sobre la figura de Don Jaime Benítez. Don Jaime Benítez realmente implantó y defendió un proyecto de afirmación puertorriqueña durante su rectorado en el recinto de Río Piedras y durante su Presidencia de la Universidad, usted sabe que no es fácil afirmar categóricamente que así fuera. Don Jaime y la controversia siempre anduvieron juntos. Yo creo, y no presumo de autoridad alguna, que por su formación jurídica adquirida en Estados Unidos de América y por su vasto conocimiento culturales de procedencia española, y más aún, por su acendrado hispanismo, creo que sí intento de implantar tal proyecto, pero recuerde que también que Don Jaime fue un político exitoso bajo la incumbencia gubernamental de Don Luis Muñoz Marín. Don Jaime era puertorriqueñista. Se dice que, en sus años de Profesor, un día se erguió frente a su grupo de estudiante y les dijo categóricamente: "A partir de ahora, la clase se conducirá en el idioma español". A partir de ese momento, el joven Profesor de melena revuelta siempre enseñó en español. El educador y el político tenían que sobrevivir. Si Don Jaime se hubiera empeñado en continuar con su línea de pensamiento, Muñoz Marín lo hubiera echado fulminantemente de la rectoría, tal como hizo con Don Vicente Géigel Polanco, el llamado "cerebro mágico" del Partido Popular. Se acuerda, Profesora de aquél: "Te pido y te acepto la renuncia". Simplemente, Don Jaime decidió "bregar" con el asunto y salvar su rectoría. Como hábil político y extraordinario educador, Don Jaime continuó con su "faena educativa y política", fue exitoso como político y eminente educador. Creo que fue sincero con su "proyecto educativo puertorriqueñista", con sumo cuidado para evitar aquello de: "Te pido y te acepto la renuncia". En conclusión; Don Jaime fue un puertorriqueñita hábil y un mejor político. Su proyecto de puertorriqueñización de la Universidad, creo que fue sincero, y trató de implantarlo, pero con la habilidad del, político y el prominente hispanista y puertortorriqueñista. Don Jaime vivió siempre entre la controversia. Recuerdo que, en nuestras tertulias en Cayey, siempre comenzaba: "Pon el tema que yo me opongo’: Y así era. Don Jaime era una inteligencia extraordinaria. Era profundo y muy sincero. Pienso que sí, intentó y en cierto modo logró, implantar su proyecto puertorriqueñito En el quehacer educativo Don Héctor fue maestro en varias escuelas: Jesús T Piñeiro en Cidra. En Cayey laboró en la Agustín Fernández, Rexford Guy Tugwell, Emérito León Intermedia, Ramón Frade, Miguel Meléndez y 24 años en la Benjamín Harrison. Laboró como asesor cultural en el municipio de Cayey del 1990 al 2012. Sin embargo, me dice que los mejores tiempos en términos culturales en Cayey fueron en la década del 70. El Centro Cultural estaba vivo en su mejor momento, los teatros en el centro del pueblo, las fraternidades tenían actividades constantes. Termino diciendo eran otros tiempos. Los datos de este escrito fueron obtenidos en una entrevista a Don Héctor en la Casa de la Música Cayeyana el 10 de agosto de 2019 entre las enseñanzas que obtuve de la conversación fueron los consejos que me dio. Primero me enfatizo que en Puerto Rico se glorifica la mediocridad. Segundo, me enfatizo que siempre tenga cuidado con lo que es historia y lo que es cuento de camino. Entendí que tuviera cuidado con lo que es verdad y lo que es bochinche que no edifica en nada. Me dijo con mucha tristeza que el entendía que a la cultura no se le tiene aprecio. Me hizo esa aseveración al conversar del Centro Cultural de Cayey que está cerrado y eso le daba mucha pena ya que el hizo mucho trabajo en el mismo. Incluso lo llegó a dirigir. Cito lo que me dijo del Centro Cultural: “Yo fui el tercer presidente. le sucedí a Don Víctor Pons Gil y a Doña Ana Aponte de Collazo. Asumí la Presidencia después de algunos años de inacción; sugerí ponerle el nombre de Don Miguel Meléndez Muñoz y mi sugerencia fue aprobada por unanimidad; presidí el Centro Cultural por cuatro años consecutivos y creo que la directiva que presidí hizo un trabajo extraordinario con la ayuda del Distrito Escolar, el Municipio dirigido entonces por Don Rafael Coca Navas, el Colegio Universitario y un grupo de comerciantes del pueblo y la gran ayuda del industrial y humanista, Don "Paco" Verdiales Dubois; eran otros tiempos, hay que decirlo. Fue un Cayeyano para la Historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario